Se ha dicho mucho sobre ese libro escrito por Lewis Carrol: Las Aventuras De Alicia en el País de las Maravillas. Se le ha tachado de libro subversivo, una mofa de los sucesos políticos de sus tiempos, se ha dicho que es un texto matemático en clave, y también que no es un libro propiamente para niños. Pues bien puede que todo eso sea verdad o mentira, el hecho es que es un gran clásico de la literatura infantil, que ha conquistado la imaginación de los niños por muchos, muchos años. Se ha adaptado a la pantalla grande desde las épocas del cine mudo, en series cortas para la televisión, caricaturas, videojuegos para computadora, y en últimas fechas el director de “El Joven Manos de Tijera “(Tim Burton) adaptó las historia al cine del primer libro de Alicia en el País de las Maravillas y el segundo, Alicia a través del espejo y lo que encontró ahí, con su inigualable estilo surrealista.
Alicia en el País de las maravillas se puede entender como dijo la escritora inglesa Virginia Woolf “Los libros de Alicia no son libros para niños… Son libros a través de los cuales nosotros los lectores adultos volvemos a ser niños” es decir no hay que encasillar esta historia, en el mundo infantil, TODOS podemos acceder a esta, porque tiene la capacidad de hacer imaginar a cualquiera, en cualquier edad.
Lewis Carroll cuyo verdadero nombre era Charles Dodgson estudió Matemáticas y Lógica en Christ Church College institución en donde también impartió clases y vivió. Escribió muchos volúmenes sobre lógica, pero nunca se destacó por eso sino por los libros que escribió para divertirse y divertir a las hermanas Liddel (Lorina, Edith y Alice). Estas chicas eran hijas de George Liddel que llego al Christ Church College para ocupar el puesto de Decano. Carroll encontró en estas chicas amistad y la oportunidad de volver a la locuacidad de la infancia, se dice que podía ser un hombre serio y competente en su profesión, pero cuando estaba con los niños se transformaba contaba historias que se inventaba en el momento, inventaba juegos, y además era fotógrafo aficionado. Claro que esta amistad con las niñas en especial con Alice, a quien tomó como protagonista de la historia y era con la que mejor se llevaba, se prestó para malas interpretaciones de todo tipo.
Alicia en el País de las maravillas se puede entender como dijo la escritora inglesa Virginia Woolf “Los libros de Alicia no son libros para niños… Son libros a través de los cuales nosotros los lectores adultos volvemos a ser niños” es decir no hay que encasillar esta historia, en el mundo infantil, TODOS podemos acceder a esta, porque tiene la capacidad de hacer imaginar a cualquiera, en cualquier edad.
Lewis Carroll cuyo verdadero nombre era Charles Dodgson estudió Matemáticas y Lógica en Christ Church College institución en donde también impartió clases y vivió. Escribió muchos volúmenes sobre lógica, pero nunca se destacó por eso sino por los libros que escribió para divertirse y divertir a las hermanas Liddel (Lorina, Edith y Alice). Estas chicas eran hijas de George Liddel que llego al Christ Church College para ocupar el puesto de Decano. Carroll encontró en estas chicas amistad y la oportunidad de volver a la locuacidad de la infancia, se dice que podía ser un hombre serio y competente en su profesión, pero cuando estaba con los niños se transformaba contaba historias que se inventaba en el momento, inventaba juegos, y además era fotógrafo aficionado. Claro que esta amistad con las niñas en especial con Alice, a quien tomó como protagonista de la historia y era con la que mejor se llevaba, se prestó para malas interpretaciones de todo tipo.
El libro de Alicia en el País de Las Maravillas en sí, es un sueño de Alicia, donde esta ve que un conejo entra en una madriguera y se asoma a esta y cae,y cae, y cae hasta que llega al un Pasillo con muchas puertas que llevan a Alicia al País de las maravillas, donde encuentra una serie de personajes sin igual, y que son imposibles de olvidar como El Sombrerero, el Conejo que todo el tiempo lleva prisa, la duquesa, la reina de corazones, el gato de Cheshire con su risa sardónica y enigmática, la oruga que vive la vida fumando su narguile arriba de un hongo. El libro es una gran metáfora, sobre el término de la niñez y el paso a la madurez; Carrol ve que su pequeña amiga Alice dentro de poco ya no será una niña, y esto fue parte de su inspiración para escribir este libro. Este libro es como la última aventura, un mundo de maravillas, de imaginación, colores que acaba cuando Alicia despierta. Y a todos nos ha pasado esto, hay un momento en que ineludiblemente crecemos y la niñez ya sólo la recordamos como si hubiera sido un sueño. Tenemos que hacernos cargo de muchas cosas (responsabilidades) se acabó la locuacidad, hay que ser serios, vivir en sociedad, y enfrentarla. Por eso Carrol escribe este libro, para que cada vez que lo leamos regresemos, recordemos y lo vivamos aunque sea por un rato.
